Mientras el diluvio deje caer
sirenas del cielo,
el vendaval zarandeará
a los ángeles más débiles.
Al tiempo que la luna agite mareas
sacando a flote
barcos dormidos durante siglos,
un temblor abrirá grietas
que mostrarán huellas borradas
por multitud de soles y lunas.
Tal vez ese sea el momento.
Tal vez entonces
sean ellos
los que estén en nuestras manos.
Informa: Ícaro Carrillo.
Fotografía: Nelson Gómez