Las heridas del CAMINO

Si alguna vez me permito no levantar
del suelo tras haber caído, no me
tiendas la mano.

Si alguna vez me permito castigarte sin
mirarte a los ojos, no te regales mi
imagen como recuerdo.

Si alguna vez me permito caminar sola y
descalza entre zarzas y espinas, no me
ofrezcas una pomada que alivie mis
heridas.

Entonces desea tener la mitad de mi
fuerza, porque ten encuenta que tú
también caerás, querrás mirarme y
harás sangrar tus pies, y extenderás
tu mano por inercia para agarrar la
mía.

Y cuando sientas ese vacío lamentarás
no haberla agarrado a tiempo para
caminar por los angostos caminos
a mi lado.

Será cuando te des cuenta de que el lamento es
el sonido que se produce cuando las cuerdas
vocales vibran por arrepentimiento.

Informa: Virginia Sebastián S. @viryona

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