Desde la ventaja que brinda un rincón de jardín,
observo la construcción de una opulencia venida a menos
el deterioro, al igual que la belleza,
amaga historias de vidas tristes
cuarteadas, mal nutridas, irreverentes, impías, soberbias.
Un sinfín de ellas parten de mi imaginario
las mínimas son las visibles.
Cinco árboles, un pozo seco, hojarasca
ropa que esconde la blancura de otros tiempos.
La vida campa en vertiginoso declive
pero que bien luce aún
la huella de lo que importa.
Informa: Montse Ordóñez
Fotografía: Teba González