Las canciones siempre vienen a
joderme y siempre me pillan en un bar.
La cerveza pierde fuerza y las
palabras me atraviesan,
suelen ser los mismos registros:
nostalgia, culpabilidad y tristeza.
Yo soy la zorra que maldicen en las canciones,
la que inspiró los solos de
guitarra con acordes de rencor,
responsable de estrofas que
terminan en «te fuiste» con violín,
de estribillos quemados de «ya te
pude olvidar»,
musa del bonus track «márchate y
no vuelvas más».
Me toca el lado de los malos hasta
en canciones, joder.
Es duro ser quien rayó el disco,
oírte sin querer en una canción.
Ser fuente de inspiración de una
declaración de desamor.
Al final la buena música nace de
un dolor mal hecho,
aunque no fuese la primera
intención.
Informa: Natalia Pumarega