Carta del Lector

He sido testigo. En esta y tantas otras guerras he podido distinguir el dolor esparcido por la tierra, de él nunca crece nada. Muchas veces recordarlo me aterra, cierro los ojos con fuerza para que desaparezca, pero no cesa, este peso se hace más grande cada día, mientras trato de sonreír y de vivir en mis escasos metros cuadrados. La crueldad atraviesa todos los límites, la sangre siempre encuentra hueco para colarse debajo de mi puerta. La violencia nos dirige hacia sus seguros aposentos.

Mientras tanto, nosotros, con el miedo gobernando todo el cuerpo, pasivos, miramos desde lejos como caen muertos todos los días, a todas horas, en todas partes del mundo, los otros. Esta es la vida, no deberían existir en ella ciertas palabras. Pero a pesar de ello, insisto, seguiré insistiendo, lo que el mundo necesita es poesía. Como un acto de amor no olvidemos nuestra humanidad.

Tal vez el impulso no nos alcance para llegar a mañana…Y permanezcamos aquí sólo por un acto reflejo de la costumbre. Como un acto de amor por favor no olvidemos nuestra humanidad.

Lector a grito herido

 

Valentina Lara

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