Sesión continua

Puertas abiertas a puertas cerradas. Picaportes que se quedan en la mano al
pronunciar las palabras aladas de lo distinto. Falsa esperanza encerrada en
verdaderos cercados transparentes sin señal de peligro para seres voladores;
caminos torcidos excavados por las más rectas intenciones; campo a través
como exclusiva salida; pompas de jabón de niño que contienen de adultos la
única forma de oxígeno en la que viajar seguro; sueños que aprietan en tallas
estrechas el día a día…

Desde hace meses no reponen las ideas en el estante de aquellas tiendas
clandestinas… no sé si quedan estantes, ideas, o solamente el escaparate donde
proyectan Tiempos Modernos en sesión continua. Todos los días cartel nuevo y
la misma película.

Lo transgresor, hoy disciplinado, avasalla en masa, como una trampa sabrosa
que comerse de un bocado bajo la atenta vigilia de cualquier algoritmo; pero
al tragar con la exigencia de lo inmediato no adviertes que no hay sabor en
el cuidado desaliño de su receta. Y aunque a la última le sobren letras, a la
palabra criterio le falta espacio en el vocablo tendencia.

El cielo tiene el color del filtro de moda, y me tienta sacar a pasear desde lo
alto el signo de la victoria, sin dedo índice que modere la crudeza de mi
opinión sobre el asunto. Y no hablo del conflicto entre ser desde dos puntos:
NO SER es lo que más se demanda para brillar donde nos quieren, en el no
mundo.

Informa: Silvia Veintiuno

Fotografía Leo Espinosa

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